En el antiguo Egipto, tanto hombres como mujeres solían afeitar sus cabezas, reemplazando su pelo por pelucas. Los hombres mostraban su cabeza afeitada, pero las mujeres siempre lucían pelucas.
El motivo de esta practica era que traía grandes beneficios, en tanto el hecho de no tener cabello les permitía tolerar mejor el caluroso clima egipcio.
Pero también les permitía poder mantener la cabeza limpia y así evitar los riesgos de infecciones y enfermedades. La mayoría de las personas afeitaban su cabeza para evitar los piojos. Si bien se sabe que tenían remedios para los piojos, o no funcionaban o no les servía probar, por lo que se afeitaban para limpiar sus cuerpos.
Las tumbas de los gobernantes se dice que estaban infectadas de piojos, incluso expertos han deducido, por las liendres encontradas en sus antiguos peines, que estaban plagados de insectos en el cuero cabelludo.
Los egipcios también recurrían a afeitarse la cabeza cuando comenzaban a perder pelo a causa de la vejez. Y si bien era una práctica que todos o la gran mayoría hacían, seguían prefiriendo el cabello natural.
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